jueves, 28 de diciembre de 2023

Antes del fin

Foto de Jonatan David

Miércoles, de vuelta del trabajo a mi hogar, 18:23 horas.

Hola hermano Job ¿Cómo está? —le digo a penas lo veo y detengo el auto.

Bien ¿y usted?

Mal, estresada hasta casi el colapso —digo por primera vez en mi vida, como respuesta a esa pregunta.

—Yo igual estoy estresado —me dice con un dejo de agobio en la voz.

—¿Por qué?

—Estoy sin trabajo —continuamos hablando por un rato e interrumpo la conversación porque mi hija pequeña comienza a quejarse en el asiento de atrás.

—Ya poh hermano Job, usted ora por mí, para que no colapse de estrés y yo oro por usted para que tenga trabajo —me hace un gesto aprobatorio y hace un asomo de sonrisa con los labios agradecido.

—Sí, chao hermana.

Nunca había tenido una conversación tan corta y sincera.

Heredé de mis padres el temor de relacionarse de forma íntima con los integrantes de la congregación de la iglesia a la que asistía, temor a que les hicieran daño a ellos a la familia, a que hablen mal de uno sin motivo y así podría seguir un largo rato mencionando motivos. En estos tiempos (ya tengo 43 años), no cambié mi actitud, seguí respondiendo “estoy bien” aunque estuviera mal de salud o emocionalmente.

Solo he mencionado a personas cercanas que estoy prácticamente colapsando, ha sido un año muy muy difícil en lo laboral, no he podido dormir por las noches porque la ansiedad me vence, he estado un día viernes sin dormir a pesar de que al día siguiente tengo libre, a ratos no puedo enfocar la vista mientras leo. Esta condición me ha llevado a dañar mi salud, también mi esposo no ha estado bien de salud, aún así, mi respuesta ha seguido siendo “estoy bien”, “estamos bien”.

Desde noviembre Dios me ha estado confrontando, y ahora, antes del fin, he decidido que no seguiré ocultando mi condición, porque ¿quién me apoyará con oración si no lo cuento? ¿Quién admitirá que está mal porque yo lo haga? ¿quién orará por mí aunque no se lo pida? ¿Cómo cumpliré la palabra de Dios en donde dice que debemos orar unos por otros?

Confiesense los pecados unos a otros y oren los unos por los otros, para que sean sanados. La oración ferviente de una persona justa tiene mucho poder y da resultados maravillosos.

Santiago 5:16 NTV

Conversando con mi suegra (algo que hacemos mucho), me dijo abiertamente:

—Eso es mentir —refiriéndose a decir “estoy bien” cuando estás mal.

El que dice la verdad permanece para siempre, pero el mentiroso, solo un instante. En los planes de los malvados hay mentira; en los consejos del hombre de paz, alegría. El hombre justo jamás sufrirá ningún mal, pero el malvado recibirá todos los males juntos. El Señor aborrece a los mentirosos, pero mira con agrado a los que actúan con verdad.

Proverbios 12:19-22 Biblia Dios Habla Hoy

Agradezco por este medio a Dios por la vida de mi suegra y sus consejos. Nunca había pensado de esa forma, aunque para alguna persona puede ser lógico que es una mentira, pero yo no, solo veía que ponía una “protección” que no era tal, al contrario, como dice el versículo de Proverbios, eso me aleja de Dios, me aparta de Él y pierdo la santidad que me permite sentir su presencia.

Así que antes de terminar este año, me confronté frente a la palabra de Dios: sí, este año y todos los anteriores he sido una mentirosa. Por eso admito que he estado mal, que he llevado mi mente al límite con estrés intelectual, que no he confiado lo suficiente en Dios.

También me confronto acá: no he escrito, uno de los talentos que Dios me ha dado y no he adorado a Dios a través de las letras.

Te invito a hacer lo mismo, confrontate antes de terminar el año, quedan tres días, tiempo más que suficiente para hacerlo. Deja que Dios saque a flote lo malo, así se podrá reemplazar por lo bueno. No creas que es fácil porque, como dice mi papá, tienes que mirarte frente al espejo “de cuerpo entero”, analizar y sinserarte, también dejar el ruido que tienes dentro, hacer silencio y escuchar a Dios.

Te dejo esta propuesta, lo importante es que lo hagas antes del fin, porque puede que no sea el fin de año, sino el de tu vida.


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