Foto de Arwan Sutanto. |
Cuando vemos adolescentes
embarazadas o niños que delinquen, los responsabilizamos a ellos, como si las
personas fueran seres aislados que no se vieran influenciados por nada. Olvidamos
la complejidad de la vida humana. Ortega y Gasset planteaba la siguiente idea “Yo
soy yo y mis circunstancias”; con esto se refería a que los acontecimientos que
alguien vive, no dependen sólo de él, sino también de las circunstancias que lo
rodean. Eso también incluye a los menores abusadores, a los adolescentes
violentos, a los adolescentes que tienen relaciones amorosas con adultos, entre
otros.
A veces olvidamos la vida privilegiada que tenemos gracias a la presencia de Dios. Olvidamos que gracias a Dios tenemos paz, seguridad, consuelo, fuerza, amor, entre muchas cosas más. Pero ese es un privilegio que tenemos por el hecho de que Dios salió a nuestro encuentro. ¿Qué pasa con aquellos que aún no le han conocido?
Romanos 1:28-31 | Reina Valera 1960