jueves, 30 de enero de 2020

El enemigo te quiere ignorante

Foto de Daniel Fazio.

Estoy en mi primera clase de taller de Introducción a la Ficción.

Inician las presentaciones y una mujer joven que usa lentes dice su nombre, y concluye con un:

—... y hago podcast.

Termina la clase y le pregunto:

—¿Cuál es el nombre de tu programa?

Al día siguiente, abro mi app de Spotify, elijo una pista, se reproducen unos minutos. Las locutoras comienzan a referirse al estallido social en Chile, una de ellas hace una afirmación que me deja marcando ocupado, como se dice en Chile:

—... el enemigo te quiere ignorante, no importa cuál sea ese enemigo, siempre te va a querer ignorante.— la voz de la locutora sigue en mis oídos gracias a los audífonos, pero ya no la escucho.

Sigue resonando en mi mente: el enemigo te quiere ignorante.

Mantenerse ignorante es una decisión, de la que no se piensa en sus consecuencias.

La Biblia en la carta de Pablo a los efesios nos enseña:

entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón;
Efesios 4:18 | La Biblia de las Américas

He tenido el entendimiento entenebrecido, oscuro, parecido a cuando se va la luz por alguna falla en la red de distribución eléctrica durante la noche. Creo que incluso peor. Es parecido a caminar mareado, vas de cualquier parte que no quieres ir, pierdes el equilibrio, pierdes la razón.

Dios siempre ha estado conmigo, siempre que estoy mal envía a alguien para hablarme. Estoy agradecida de que siempre ha sido con amor, porque he escuchado varias veces que algunos salen de ese corte de luz personal porque estaban sufriendo mucho o casi perdiendo la vida.

Como si muchos hubieran sido entrenados para repetir lo mismo he oído decir una y otra vez a lo largo de los años:

—Estaba segado, no podía ver —por eso lo asocio al corte de luz, no puedes ver bien.

Pretender que la luz de una linterna sea suficiente, es mentirse a sí mismo ¿a qué me refiero? a que, si te acercas a la luz solo un poco, es similar a la historia que Jesús les cuenta a sus discípulos sobre las semillas que caen en el camino, llamada La Parábola del Sembrador. La luz de la linterna es como la semilla que cae entre las piedras, muere pronto. Las pilas de la linterna no duran mucho, así mismo es la decisión de solo acercarse un poco a Dios.

Cuando decidí quedarme con Dios, no solo acercarme, la luz no se apartó más. Hay momentos en que me aparto de ella, pero, gracias a Dios, retorno. Sé que sin su luz no tengo vida. Sé que si me alejo de ella todo se vuelve oscuro, sin definición, muerto.

La dureza de corazón se mantiene por nuestra propia decisión.

Escuché muchas veces el año pasado en YouTube la frase "Dios es un caballero, no entra si no le invitas a pasar" ¡Qué frase tan verdadera! Si no buscas de Dios, si no decides salir de tu zona de confort, si tienes miedo de moverte donde estás porque estás segado tomando la decisión. Dios iluminará hasta el rincón más escondido de tu ser. Te lo aseguro, estarás tan claro que ni te reconocerás. Te darás cuenta de que nunca te habías visto tan nítido. Dios llenará tu vida de paz.


La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.
Juan 14:27 | Reina Valera 1960 (RVR1960)


QUERIDO LECTOR, ESTA SEMANA TE RECOMIENDO

Lectura bíblica

La parábola del sembrador. Mateo 13:1-9

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