A mi ritmo

Foto de Aditya Ali.

Hoy desperté mal, con tanto sueño que mientras me duchaba me puse a llorar, no quería ir a trabajar por el cansancio.

Estos últimos días he estado despertando a las dos de la mañana sin poder volver a dormirme. Mi mejor opción es ponerme a orar, pero no lo logro, no puedo concentrarme. A veces pienso que el final de año hizo que se me acumulara el cansancio. Tomé una semana de vacaciones en noviembre, aunque no las disfruté mucho por la situación vivida en mi país por el estallido social.

He estado con dolores cervicales. He estado odiando mi cuerpo frente al espejo. He estado detestando el desorden que tengo en mi casa. He estado evitando cocinar. He estado evitando muchas cosas. Realmente me siento desconectada de todo. Pero lo que más me duele es estar desconectada de Dios.

 ¿Por qué, oh SEÑOR, te mantienes alejado, y te escondes en tiempos de tribulación?

Salmo 10:1 | La Biblia de las Américas

 

Sé que hay momentos en que Dios guarda silencio. Pero el silencio que ahora vivo no lo entiendo. Es obvio que Dios no hará las cosas a mi ritmo, y tampoco quiero que lo haga. Las veces en que he querido hacerlo a mi ritmo, he querido hacer las cosas a mi manera, me ha ido mal… en realidad pésimo.

Hace dos días comencé un devocional de Navidad al levantarme para buscar de Dios, pero hoy no lo hice, me quedé en la ducha, llorando.

No es la primera vez que me pasa. Pero esta vez me pasa estando casada y es diferente. He tenido malos días, pero esta desconexión me tiene mal. Trato de orar y no me concentro, trato de leer la Biblia y me quedo dormida, trato de cantar alabanzas y no encuentro ninguna en mi cabeza.

Ahora que escribo escucho alabanzas: el álbum Himnos de Su Presencia, no me las sé, pero trato de conectarme. Sé que eso depende de mí, porque Dios está a mi lado, listo para que conversemos, listo para consolarme, para fortalecerme, llevarse mi cansancio, para que terminemos el año juntos; mirando atrás diciéndome mientras me abraza: “Ya pasó, ya pasó”.

 

Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: “No temas, yo te ayudaré”.

Isaías 41:13 | Nueva Versión Internacional (NVI)

  

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