jueves, 27 de agosto de 2020

Low Battery

Foto de SCREEN POST
No he escrito mucho cobre mi embarazo. Sí, estoy embarazada de seis meses y medio. Es mi primer bebé, será una niña a la que amo mucho, ya que se la pedí a Dios y Él me respondió.

Este proceso del embarazo fue buenísimo los seis primeros meses. Todo lo que dijeron que me pasaría en un principio me comenzó a pasar ahora: nauseas, malestares en general, alergias, etc. Todo ahora después de cumplir los seis meses. Lo que más me ha costado asumir es el cansancio. Hago cualquier cosa y me agoto mucho, hasta en las mañanas me siento cansada.

En mi devocional, no fue la excepción, estaba leyendo y me sentía cansada. Dios intervino en esa lectura, le dio fuerzas a mi espíritu.

Hoy al iniciar el día estuve solo un rato en el patio de mi casa, limpiando y jardineando un poco. Me agoté y me senté para descansar un rato, el que transformó en una hora, porque me quedé dormida en el sofá.
  
Podrán desfallecer mi cuerpo y mi espíritu, pero Dios fortalece mi corazón; él es mi herencia eterna.
Salmos 73:26 | NVI

Sin Identidad, Sin Propósito

Foto de Mike Clark.
La temida hoja en blanco, eso lo comentan cuando comienzas a aprender herramientas para convertirte en escritor, a sumergirte en la literatura.

Muchas veces me sentí como una hoja en blanco. En esos momentos no sabía que Dios ya tenía un propósito conmigo, que ya era su escogida desde antes de la creación del mundo. Que para Él son amada, valiosa y competente.

Esas veces en que me sentí como una hoja en blanco, fue porque permití que otras personas “decidieran” mi valor ¿te has sentido así?

Dios es creador. Él es quien nos diseña desde un principio, por eso tenemos un propósito.

Hace años comencé hacer clases de teoría musical en la iglesia en que me congrego, ya que sé algo de teoría y flauta traversa. La música es hermosa, pero en esa oportunidad aprendí que algo me guste a mí no es equivalente a lo que Dios quiere que haga. Estas clases no eran el propósito de Dios en mí. Recuerdo que en esas clases logré conexión con uno de los asistentes. Me acerqué a él a explicarle, y eso es lo que Dios quería de mí, que le hablara con ese adolescente.

  

jueves, 13 de agosto de 2020

Influencer

Foto de Laura Chouette

El año 
pasado, buscando un panorama para pasar en familia me encontré con un evento gratuito en el Jardín Japonés del
Parque Metropolitano: el Hanami 2019.

Recuerdo que ese día llegamos temprano con mi familia y subimos solo un poco el cerro San Cristóbal, donde está el parque, para llegar al Jardín Japonés. Al ingresar me impresionó el respeto por el entorno que mostraban los japoneses, nada que ver al episodio bochornoso ocurrido el año anterior, del cual me enteré en ese mismo evento, ya que el Embajador de Japón dio el discurso de bienvenida, haciendo hincapié en que cuidáramos el entorno, que respetáramos la cultura de su país.

El Festival comenzó con demostraciones de artes marciales presentadas por japoneses y nikkei. Luego un coro de japonesas con bellas voces y finalmente un grupo de bailarines de danzas antiguas invitaron a participar en su baile. Todo hermoso, presentado con excelencia y un enorme respeto de su cultura.

Ese día el Embajador de Japón, japoneses y nikkei, dieron sus respetos a su cultura. Cada japonés y nikkei fue un verdadero embajador de marca, me enseñaron mucho.

Me ha tocado participar en diferentes celebraciones familiares o de amigos (obvio que antes de tiempos de covid-19), babyshowers, cumpleaños, matrimonios, etc. He notado que los cristianos se aíslan formando grupos, no participan con los no cristianos. Incluso me ha tocado compartir con cristianos que se separan por denominación o por la cultura y costumbres de sus iglesias. Al tener esta actitud no se cumple nuestra labor de enseñar y comunicar "nuestra cultura" como ciudadanos del cielo, lo que Dios ha hecho por nosotros y nuestra forma de vida.

jueves, 6 de agosto de 2020

Cuaderno de guerra

Foto de Marcos Paulo Prado
“Entré a la casa, la mesa estaba repleta, todos conversaban alegremente. Mi suegro me cedió su asiento y me invitó a comer con ellos.” Los que rodeaban la mesa era la familia completa de mi esposo: sus hermanas, cuñados, sobrinos y sus padres. En ese tiempo éramos pololos (novios) y escribí: “Ese es mi concepto de familia, unidos y alegres.”.

Jueves 10 de junio de 2015


Hoy agregaría más cosas, pero sería por buscar la perfección, porque lo anterior es lo que sentí en ese momento, porque lo escribí en una de mis libretas y ahora lo traspasé acá.

Siempre he tenido muchos sueños. Me declaro una soñadora. Ahora los escribo para no olvidarlos y para, después de un tiempo, escribir nuevamente a un costado con un lápiz de color bastante vistoso, la fecha de cuando Dios me lo concede.

Antes de conocer a Dios de forma diferente también escribía, pero eran solamente cosas negativas. Recuerdo que me ponía a escribir sentada en mi cama y la mayor parte del tiempo lloraba. Con el tiempo Dios ha ido modificando mi vida, la percepción de ella y sobre mí misma. Me ha enseñado que soy valiosa, digna de ser amada y competente. Confieso que hay momentos en que regresan esos pensamientos negativos, pero tomo mis libretas y las releo viendo como Dios a estado ahí en cada paso, en cada sueño.