jueves, 27 de agosto de 2020

Sin Identidad, Sin Propósito

Foto de Mike Clark.
La temida hoja en blanco, eso lo comentan cuando comienzas a aprender herramientas para convertirte en escritor, a sumergirte en la literatura.

Muchas veces me sentí como una hoja en blanco. En esos momentos no sabía que Dios ya tenía un propósito conmigo, que ya era su escogida desde antes de la creación del mundo. Que para Él son amada, valiosa y competente.

Esas veces en que me sentí como una hoja en blanco, fue porque permití que otras personas “decidieran” mi valor ¿te has sentido así?

Dios es creador. Él es quien nos diseña desde un principio, por eso tenemos un propósito.

Hace años comencé hacer clases de teoría musical en la iglesia en que me congrego, ya que sé algo de teoría y flauta traversa. La música es hermosa, pero en esa oportunidad aprendí que algo me guste a mí no es equivalente a lo que Dios quiere que haga. Estas clases no eran el propósito de Dios en mí. Recuerdo que en esas clases logré conexión con uno de los asistentes. Me acerqué a él a explicarle, y eso es lo que Dios quería de mí, que le hablara con ese adolescente.

  
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Romanos 8:28 | Reina-Valera 1960
  

Años después, definitivamente ya sé que tengo que escribir, pero sigue ese ardor en mi corazón, esa necesidad de comunicar a los jóvenes sobre Cristo. Particularmente en un segmento de los jóvenes, de este grupo son los que egresan de enseñanza media o secundaria. De dieciocho años y más.

Algo que he observado es que mientras estudian enseñanza superior, técnico, universitaria o inician su vida laboral no van más a la iglesia, dejan de congregarse, de hecho, ni siguiera se cambian de iglesia. Esto último sería un alivio, lo importante es que no se alejen de Dios. Desgraciadamente no van a ninguna congregación. Al iniciar esto de escribir a Dios le dije: “Señor tú da los lectores a los que lleguen estos escritos”. El Señor me respondió cuando vi los informes de la analítica del blog: la mayoría de los lectores del blog son personas entre los 18 a los 24 años, la edad en que se estudia, en su mayoría, la enseñanza superior acá en Chile, justamente el grupo de jóvenes que me preocupa. Con esto, Dios me mostró mi propósito, aún falta que se cumpla, porque esto recién inicia.

Para que el propósito de Dios se cumpla en nosotros, lo primero es aceptar lo que Él tiene para nosotros. Esta aceptación va ligada totalmente a nuestra identidad; si Dios quiere usarnos y no tenemos una identidad clara, las dudas nos llenarán. Podemos ver en Éxodo que Moisés tuvo una evolución respecto de su visión de sí mismo, al inicio de su llamamiento, en el capítulo 3, comenzó a poner escusas: ¿Quién soy yo? ¿Qué les voy a responder? Luego en el capítulo 4 esta actitud continúa: No me van a creer ni a obedecerme, Yo no sé hablar bien, se me traba la lengua. Te ruego que envíes a otra persona. Lo que provoca que Dios se enoje y le dice que Aaron, su hermano, hablará por Él. Esto refleja que Moisés tenía una identidad equivocada, la que no le permitía ver ni aceptar el propósito que Dios tenía con él, sin embargo, Dios, a pesar que se enojó, continuó mirándole como su amado, valioso y competente siervo.

 

Pues yo sé los planes que tengo para ustedes —dice el Señor—. Son planes para lo bueno y no para lo malo, para darles un futuro y una esperanza.

Jeremías 29:11 | Nueva Traducción Viviente
 

Moisés continuó viéndose a sí mismo de la misma forma en los siguientes capítulos del libro de Éxodo, haciendo algo que todos debemos hacer, porque este libro repetidamente dice que Moisés y Aaron “hicieron todo como Dios se los ordenó”. Así es como podemos leer en el capítulo 8 (Biblia TLA, para los que son más técnicos y precisos) que Moisés habla directamente con Faraón en el episodio de la plaga de ranas. Esto me demuestra que la obediencia a Dios, a pesar de tener una autoimagen errónea, me lleva al autoconocimiento, a creerle a Dios con respecto a su propósito en nosotros.

Muchos dicen creer el Dios, en su existencia, pienso que es diferente creerle en que hará maravillas con y a través de nosotros, si no creemos esto no pasará. Por eso debemos tener nuestra identidad clara, para unos ha sido más difícil que para otros. Por ejemplo, si has leído antes mis posts, ya te habrás dado cuenta de que para mí ha sido un proceso difícil, pero no porque Dios no haya estado ahí para mí siempre, sino que porque continuamente mi concepto de identidad era erróneo. Hoy, a mis cuarenta años, sé que soy digna de ser amada, valiosa y competente, porque Dios me hizo y me ve de esa forma. Esa es la base de una identidad correcta en Dios, no somos ni lo que hacemos ni lo que tenemos.

 

Pues somos la obra maestra de Dios. Él nos creó de nuevo en Cristo Jesús, a fin de que hagamos las cosas buenas que preparó para nosotros tiempo atrás.

Efesios 2:10| Nueva Traducción Viviente
 

Para saber y cumplir el propósito que Dios tiene con nosotros, tenemos que buscarle ¿cómo? Aunque suene repetitivo (creo que lo he escrito muchas veces) lectura de la palabra, oración, ayuno.

Recuerda siempre quién eres en Dios, al saberlo podrás ver el camino que Él tiene trazado para ti: tu verdadero propósito.



QUERIDO LECTOR, ESTA SEMANA TE RECOMIENDO

Lectura Extra

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