Foto de Marcos Paulo Prado
“Entré a la casa, la mesa estaba repleta, todos conversaban
alegremente. Mi suegro me cedió su asiento y me invitó a comer con ellos.” Los
que rodeaban la mesa era la familia completa de mi esposo: sus hermanas,
cuñados, sobrinos y sus padres. En ese tiempo éramos pololos (novios) y escribí:
“Ese es mi concepto de familia, unidos y alegres.”.
Hoy agregaría más cosas, pero sería por buscar la perfección,
porque lo anterior es lo que sentí en ese momento, porque lo escribí en una de
mis libretas y ahora lo traspasé acá.
Siempre he tenido muchos sueños. Me declaro una soñadora. Ahora los escribo para no olvidarlos y para, después de un tiempo, escribir nuevamente a un costado con un lápiz
de color bastante vistoso, la fecha de cuando Dios me lo concede.
Antes de conocer a Dios de forma diferente también escribía,
pero eran solamente cosas negativas. Recuerdo que me ponía a escribir sentada
en mi cama y la mayor parte del tiempo lloraba. Con el tiempo Dios ha ido
modificando mi vida, la percepción de ella y sobre mí misma. Me ha enseñado que soy valiosa,
digna de ser amada y competente. Confieso que hay momentos en que regresan esos
pensamientos negativos, pero tomo mis libretas y las releo viendo como Dios a
estado ahí en cada paso, en cada sueño.
Mis libretas son bastante desordenadas, porque escribo con
emoción y muy rápido para no perder detalle. Ahora tengo lágrimas de
agradecimiento, no de tristeza.
¿Viste la película “Cuarto de Guerra”? El cuarto de guerra era un walking closet en el que una anciana escribía sus oraciones y las pegaba en las paredes, en ese lugar derramaba su alma ante Dios. Después tomó como discípula a una mujer joven con problemas en su matrimonio, la que replicó el cuarto de guerra en su casa.
Yo no tengo
walking closet, así que me hice un cuaderno de guerra, ahí escribo lo
que siento, mis peticiones. También tengo listados de nombres titulados:
Familia, Amigos, etc. Mis oraciones más largas son con este cuaderno, porque
incluso al leerlo, veo cosas de las que no me acordaba, pero aún están en mis
peticiones, escondidas, pero siguen ahí.
El gesto de mi suegro, que ya está con el Señor, en la historia que comienza este post, me hizo desear una familia alegre, animada y reunida. Aunque ya no quede espacio en la mesa, siempre hay espacio en el amor. Pasaron los años y Dios lo ha concedido, me concedió mi propia familia y ahora esperamos a una nueva integrante, ya tengo casi seis meses de embarazo.
En actualidad mi cuaderno de guerra tiene recortes, washitape,
escritos, listas de cosas por hacer, etc. Te invito a tener tu cuarto o
cuaderno de guerra. Escribe tu vida, tus sueños, aférrate de la mano de Dios y
haz su voluntad, búscale en oración, lee la Biblia. Te garantizo que comenzarás
a ver la vida diferente. Pasará de blanco y negro a color. Pasará de colonia
barata a fragante perfume. Podrás ver la fidelidad de Dios y te concederá las
peticiones de tu corazón, así como lo experimento en primera persona.
QUERIDO LECTOR, ESTA SEMANA TE RECOMIENDO
Plataforma - YouTube
¡Lo que hay dentro de mi cuaderno de oración!
| Edyah Barragan
Excelente, como siempre
ResponderBorrarMuchas gracias, sin Dios y sin la guía del Espíritu Santo no soy nada. A Dios la gloria
BorrarQue Dios te siga bendiciendo mi amiga y hermana en la fe,un gran abrazo sureño!
ResponderBorrarSaludos y bendiciones al sur, supongo que de Chile.
Borrar