Foto de Hans Eiskonen. |
El Tiempo me miró a los ojos sin decime nada. Comprendí su visita. Hice un análisis rápido, ya no me quedaba mucho con él.-Betsy de Aravena
Durante estos días el tiempo me ha buscado por diferentes
medios. En realidad, Dios me ha querido hablar de él.
Si hago un promedio de los años que han vivido mis
familiares, he vivido el 57,7% de mi vida. Al ver ese número comencé analizar
en qué situación estoy hoy. Mi hija apenas tiene 9 meses, cuando ella cumpla un año
debo volver a trabajar, ya estudié lo principal: tengo una carrera y un diplomado; debo ser mejor dueña de casa y
soy feliz con mi esposo. Sin embargo, en ese análisis fugaz me di cuenta de lo
fundamental ¿y mi propósito?
Actualmente mi propósito es criar a mi hija, pero ¿Qué hay
de los demás años que me quedan?
Hay una frase que siempre escucho “Yo no le hago mal a nadie”,
pero hay algo que me molesta de esa afirmación ¿acaso le hace el bien a alguien?
Por eso volví a pensar en mi propósito, Dios ya me lo
mostró, pero a pesar de eso, me falta para poder cumplirlo, en tiempo y
preparación. Este tiempo que me queda debo utilizarlo bien.
A pesar de llevar más del 50% vivido, me siento en muchas
situaciones como niña. Sí, a mis 41 años hay cosas que aún no he vivido, cosas
que recién estoy experimentando. Mi vida en general no ha seguido el mismo
patrón de muchos. Hay quienes se casan jóvenes, estudian y crían a sus hijos al
mismo tiempo. En mi caso siempre pensé que nunca me casaría, me dediqué a
estudiar y trabajar hasta el cansancio para no pensar en que estaba sola. En ese
arduo trabajo no dejé que Dios me dirigiera, jamás se me ocurrió pensar en el
propósito que Él me había dado. De hecho, lo tengo claro hace dos años
aproximadamente.
La vida es un soplo. He de aprovechar muy bien lo que me
queda, porque en realidad mi 57,7% es solo estadística, me puede quedar menos o
más, solo Dios lo sabe. Pero he de vivirlo correctamente. Dejarme guiar por el
Espíritu Santo, minimizar los errores, consagrarme a Dios y cuidar de mi
familia y de mí. Todo con el objeto de cumplir con mi propósito, no el de dejar
una huella para que me recuerden, sino para cuando esté en frente de Dios,
estar feliz de cumplir lo que Él me encomendó.
¿Sabes cuál es tu propósito? ¿Has hecho una estadística de
cuanto te queda? ¿Qué has hecho bien y qué mal? ¿Has desperdiciado el tiempo?
QUERIDO LECTOR, ESTA SEMANA TE RECOMIENDO
Plan de lectura YouVersion: Creados con un propósito.
Spotify | Franco Figueroa, Un propósito
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