jueves, 23 de abril de 2020

Suciedad

Foto de Karim MANJRA.

Esta semana tuve que ir hacer las compras del mes para abastecer mi hogar.

Me levanté temprano para estar en el supermercado a la hora que apertura. Me puse lentes, mascarilla y guantes para protegerme del contagio del coronavirus.

De regreso a mi casa me quité los guantes. Los miré y estaban sucios.

Luego hice un agua jabonosa con cloro y detergente para desinfectar los envases de las cosas que había comprado. A medida que iba limpiando los envases el agua se volvía cada vez más oscura. Pensé en que cada vez que iba al supermercado, antes de la pandemia, no limpiaba los envases, solo lavaba mis manos. Me libraba solo de la suciedad que venía en mis manos, pero las cosas que traje seguían sucias.


Al ver la suciedad que se deja en nuestras casas sin darnos cuenta, reflexioné sobre las cosas a las que le damos cabida en nuestra vida.

Todos los días realizamos actividades diferentes, y es en ellas o en el ocio vemos cosas que no nos edifican. Esa es la suciedad que dejamos entrar en nosotros, a veces sin darnos cuenta. En otras ocasiones restándole importancia a lo que nos exponemos o lo que observamos.

En las plataformas de internet o televisión vemos películas, series con contenido violento, sexual, groserías, etc. Nos acostumbramos tanto a verlas que ya ni nos sorprenden. Incluso comenzamos a verlas como algo natural.

Pero Dios nos dice que debemos cuidar lo que hacemos. Cuidarnos.


Así que tengan cuidado de su manera de vivir. No vivan como necios sino como sabios, aprovechando al máximo cada momento oportuno, porque los días son malos.

Efesios 5:15-16 | NVI


Esta suciedad que dejamos en nuestro día a día no se quita con agua y jabón. Se quita cambiando nuestras rutinas, dejando lo que no nos edifica. Muchos creen que es difícil, incluso algunos no aceptan a Cristo en sus vidas porque piensan que deben dejar de hacer las cosas que les gustan. Si dejas actuar al Espíritu Santo en ti, si dejas que te guíe, no te costará nada, los cambios se irán haciendo, en algunos casos hay personas que ni siquiera se dan cuenta, como yo. Que me doy cuenta años después.


Aunque te laves con soda y uses mucho jabón, la mancha de tu iniquidad está aún delante de mí —declara el Señor Dios.
Jeremías 2:22 | La Biblia de las Américas

Cuida cada cosa que vez, que lees, con quienes conversas. Creemos que si manejamos ciertas cosas a raya no nos afectan, pero es así. Tarde o temprano te das cuenta de ello. Lo que no hacemos es admitirlo.

Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida.
Proverbios 4:23 | NVI

Debemos mantenernos firmes en nuestras convicciones. Leer la palabra de Dios y orar a diario. Así conocemos a Dios y, a la vez, nos conocemos a nosotros mismos. En nuestras oraciones aparecen cosas que ni imaginamos, nuestro lado oscuro como dicen en Star Wars. Así logramos mantener nuestra vida encausada al propósito que Cristo tiene para nosotros. No estamos aquí para perder el tiempo, sino para aprovechar cada día.

¿Cuál es tu lado oscuro? ¿Malos hábitos, groserías, pornografía, alcoholismo, baja autoestima, las personas que te rodean sacan lo peor de ti?

¿Qué dejaste entrar en tu vida y ahora ensucia y te estorba? ¿piensas que no puedes hacer que se vaya?

Se puede vencer, de la mano de Jesús se puede, yo soy prueba de ello. Salí de una depresión profunda. Dos años de tratamientos psiquiátricos y psicológicos, con medicamentos que me mantenían atontada. Malos hábitos (aún me quedan algunos). Una autoestima muy dañada, hasta el punto de pensar que era un ser erróneo. Solo el amor de Dios pudo sacarme de ahí. Rogué a Dios y recibí su ayuda. Él fue poniendo las personas adecuadas en mi camino. Él me dirigió con su Espíritu Santo. El que debe hacer las cosas es uno, por eso existe el libre albedrío, el que algunos confunden con que uno es su propio coach o que el destino lo forja uno mismo, o que es uno con el universo.

Nada de eso me sirvió. Incluso escuché grabaciones de relajación profunda para reprogramar al cerebro. No me ayudaron. La verdad la encontré en Cristo.

Tal vez leíste en “Sobre mí” que soy cristiana desde niña. Erré mi camino, dejé entrar basura, suciedad en mi mente. Como yo, puedes perderte, o estar ya sin rumbo. La suciedad te estorba en la ruta que sigues. La Biblia es tu brújula, ella te dice por dónde ir, pero las decisiones las tomamos cada uno de nosotros.

Limpia tu camino de la suciedad que no te deja ver por donde vas. No pierdas el rumbo.



QUERIDO LECTOR, ESTA SEMANA TE RECOMIENDO

Lectura Bíblica

Meditaciones sobre la palabra de Dios, Bet - Salmo 119:9-16


Plataforma - YouTube

Te dejo un vídeo que ayuda a comprender el concepto de corazón en la Biblia y su traducción. Es de mis canales favoritos de esta plataforma.

Lev - "Corazón" de BibleProject - Español


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