jueves, 25 de junio de 2020

Gusano Convertido

Foto de Marian Brandt
Comencé a trabajar a los 19 años. En una de las conversaciones con mis nuevos colegas me contaron la historia de una señora, la que voy a llamar “Flora”. La señora Flora cuando era una joven se casó. Se divorció para casarse con el esposo de su mejor amiga. 

Todos los protagonistas de esta historia, continuaron trabajando en el mismo lugar hasta jubilar. Fin de la historia.


Lo que más me llamó la atención de esta historia es que nunca pregunté al respecto, nunca pedí más información, sin embargo, cada detalle aparecía con lujo de detalles. También cometí el error de escuchar, debí haberlos frenado.

No me extraña de un ambiente de trabajo, siempre hay chismes. Lo que me llama la atención es que esto lo he visto en las congregaciones de las iglesias.

Cuando llegué a mi actual congregación, pasó lo mismo: la historia de “él” y la historia de “ella”. Teniendo presente el pasado de las personas como si fuera hoy.

De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2 Corintios 5:17 | RVR60

Esta situación siempre me ha recordado el texto de uno de mis libros cristianos favoritos “Mírate Como Dios Te Mira” de Josh McDowell, específicamente esto:
“Hasta la iglesia es, en ocasiones, culpable de empañar el asunto de la identidad cuando pone demasiado énfasis en la vieja naturaleza pecaminosa, ya crucificada y sepultada con Cristo.
Mirarnos como meros “pecadores convertidos” puede afectar negativamente nuestro sentido de identidad. Después de todo, no nos referimos a las mariposas como gusanos convertidos.”
Escuchando una predica de Edyah Barragan, me llamó la atención la historia de Moisés. Ella se refería a la identidad de él: como se veía a si mimos y cómo lo veía Dios. En el relato contó la parte del asesinato de un egipcio cometido por Moisés. Lo busqué porque lo que más llamó la atención para mí, fue como lo trató otro hebreo, refregándole en la cara que Moisés no podía reclamarle nada y si lo iba a matar como lo había hecho con el hebreo.

Esto también se suma a los chismes. Al saber el pasado de otros, muchos creen en que la persona en cuestión no tiene moral para llamarnos la atención, ya que nos basamos en el “historial” de la persona y no en el cambio que Jesús hizo en esa persona. Por tanto, como escribió Josh McDowell: mirarnos como meros “pecadores convertidos”.

Los medios de comunicación en este último tiempo hacen una pregunta frecuentemente: ¿qué harás cuando todo esto pase? Refiriéndose a cuando terminen las cuarentenas y podamos salir. Tengo una propuesta para agregues en tu lista:

  • Mírate como Dios te mira.
  • Mira a los demás como mariposas, no como gusanos convertidos.
  • Si ya lo haces lo anterior, predica con tu actitud, no con tus palabras.


QUERIDO LECTOR, ESTA SEMANA TE RECOMIENDO

Lectura Bíblica
Moisés en Egipto. Éxodo capítulos 1 al 14
La Lengua. Santiago capítulo 3

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