jueves, 31 de diciembre de 2020

¿Qué traerá el 2021?

Foto de Charles Deluvio.
Mientras estudiaba en la universidad, se dio la posibilidad de trabajar con personas mayores. Esto sucedió el año 2013; ahora estamos en el 2020 y sigo dedicándome a la misma área. Trabajar como psicóloga con este grupo poblacional no es muy distinto a hacerlo con personas de otras edades. No obstante, hay algo que en general me ha llamado la atención al laborar con adultos mayores: la dificultad de algunos de pensar en un proyecto de vida

Aclaro que esto no sucede en todos los casos, ya que, existen algunos que tienen sueños, proyectos e incluso, lineamientos con respecto a cómo alcanzar ciertas cosas que anhelan.  

Los proyectos de vida son importantes para el desarrollo humano, ya que, nos brindan una dirección hacia donde encaminar nuestros pasos; funcionan como un agente motivador y movilizador. Existe una variedad infinita de proyectos, desde sueños pequeños, hasta unos aparentemente inalcanzables. Sin importar el porte que éste tenga, anhelamos el día que ese sueño se cumpla.

Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús 
Filipenses 3:13-14 | Reina Valera Actualizada (RVA)

Pablo tenía muy clara cuál era su meta: encontrarse con Cristo. Puede que esa sea nuestro proyecto, como también, puede que no. Quizás tenemos ese sueño, junto con otros más. Más allá de lo que anhelamos, lo que deseo transmitir es la importancia de tener un proyecto y de quedarse en él. El apóstol Pablo mencionaba que él proseguía hacia la meta, es decir, él trabajaba activamente para lo que anhelaba. Eso mismo debiésemos hacer. En este nuevo año que se viene, debiésemos darnos un tiempo para reflexionar en lo que anhelamos y qué haremos para alcanzarlo.

Encomienda a Jehová tus obras, y tus pensamientos serán afirmados
 Proverbios 16:3 | Reina Valera Actualizada (RVA)

Muchas cosas podremos anhelar, pero el que tiene la última palabra siempre será Dios. Frente a esta verdad, hay algunos que toman la posición de no armar proyectos porque se dejan llevar por lo que pueda pasar. El problema con eso es que hay cosas que no se puede alcanzar sólo dejándose llevar. Por ejemplo, si mi proyecto es obtener una casa, no me va a llegar mágicamente del cielo; tengo que hacer algo para conseguirla. Por lo mismo, lo mejor que uno puede hacer es invertir en lo que se anhela. Aunque ahí no se termina el proceso. Otro paso importante es entregar nuestros sueños a Dios, porque él siempre tiene el control. ¿Sabes qué es lo mejor de esto? Que Dios es omnisciente, él sabe cómo terminará lo que anhelo. ¿Te imaginas la cantidad de errores que hubieses evitado si hubieses puesto tus proyectos anteriores en Dios? Créeme que varios. Él tenía muy claro que en el 2020 se vendría una pandemia, como también, tiene muy claro lo que traerá el 2021. Te desafío para que en este nuevo año que comienza pongas de tu parte para cumplir lo que anhelas, dejando que Dios haga lo suyo, siempre confiando que Él hará lo mejor para ti.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Querido Lector, por favor deja tu comentario. Será un honor leerte y saber de ti.
Dios te bendiga.