martes, 20 de abril de 2021

El fracaso me hizo victoriosa

Foto de Ian Kim.
Si hay algo complejo de aceptar en la vida es el fracaso. Cuando utilizo este concepto me refiero a todo aquello que no ocurre como lo esperamos, generando una afectación psicológica. 

Cuando fracasamos, suceden una serie de situaciones asociadas. Nos sentimos decepcionados, incompetentes, empezamos a dudar de nuestras capacidades, desconfiamos de nuestro futuro, nuestra autoestima se ve afectada, tenemos pensamientos catastróficos, y así una innumerable cantidad de sentimientos asociados. Cuando fracasamos no nos sentimos igual que siempre, algo en nuestra vida cambia. 

La misma sociedad productiva en la cual estamos insertos nos lleva a mirar los fracasos como una experiencia negativa, ya que, cuando fallamos creemos que no avanzamos, sino que nos detenemos o retrocedemos. Sólo vemos los fracasos como una tarea o misión que no pudimos cumplir. No logramos ver más allá. 

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados
Romanos 8:28| Reina Valera 1960

Muchas veces nuestros fracasos surgen producto de nuestras propias malas decisiones. Mas, otras veces son el resultado de la obra de Dios. Usted se preguntará ¿Cómo es posible que la mano de Dios esté aquí? La mano de Dios siempre obrará a nuestro favor, lo cual no quiere decir que Dios hará lo que queramos.

Mientras estaba en la universidad, reprobé dos ramos, lo cual me atrasó un año completo. Esto me afectó mucho en su momento, porque me empecé a cuestionar si había escogido bien mi carrera y/o si tenía las aptitudes para ser psicóloga. Este fracaso me abrió una tremenda puerta, pues ese atraso generó que cuando me tocase hacer mi práctica profesional, pudiese hacerla en un Centro de adultos mayores (era primer año que se abría esta posibilidad). Actualmente, me encuentro trabajando en otro Centro de personas mayores, donde textualmente me dijeron que me contrataron porque tenía experiencia en otra institución de este tipo. Hoy trabajo en un lugar precioso, lleno de árboles, donde hay un excelente ambiente laboral, confían en mí, lo paso bien y ya llevo casi dos años ahí. Dios sabía lo que estaba haciendo, Él tenía un propósito detrás de mis fracasos, sólo que en su momento yo no era capaz de comprenderlo. 

Cuando el hombre cayere, no quedará postrado, porque Jehová sostiene su mano
Salmos 37:24| Reina Valera 1960

Que uno comprenda que Dios tiene un propósito detrás de aquello que no resulta como queremos, no quiere decir que atravesemos este tiempo con alegría y gozo. Muchas veces nos surgirán preguntas, y nos sentiremos deprimidos. En estos momentos se hace tan importante que recordemos que no estamos solos, pues Dios nos sostiene de su mano. Él no permitirá que nos quedemos postrados eternamente, mas bien, nos levantará en victoria. 

Cuando fallemos, dudaremos de nuestras capacidades, pensaremos que no somos capaces. En estos momentos, llegaremos a creer que nunca podremos alcanzar nuestros sueños y anhelos, incluso llegaremos a considerar la posibilidad de que a Dios no le importamos, de que a Él no le parece relevante nuestros sueños. Esto es tan lejos de la realidad. Para Dios somos lo más importante, Él conoce lo que anhelamos, como también, sabe cuándo ofrecernos esto. Dios siempre llegará en el momento preciso. Por lo tanto, aunque la sociedad nos haga creer que fracasamos, Dios nos enseñará con el tiempo que todo aquello que en su momento no funcionó, tenía un propósito, para que algún día esa falla se convirtiera en una oportunidad victoriosa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Querido Lector, por favor deja tu comentario. Será un honor leerte y saber de ti.
Dios te bendiga.