jueves, 1 de octubre de 2020

Nunca La Apagues

Foto de Blake Cheek.

Leyendo la palabra de Dios me encontré con lo siguiente:

El aceite para las lámparas
»Las lámparas del Lugar Santo, es decir, las que están en el santuario, frente al cofre del pacto, deberán mantenerse encendidas noche y día. De esto se encargarán Aarón y sus descendientes, pero tú deberás ordenarles a los israelitas que traigan aceite puro de oliva para que las lámparas estén siempre encendidas. Ésta es una ley que los israelitas deben cumplir siempre.
Éxodo 27:20-21 | Traducción en lenguaje actual (Resaltado propio)

 

Al leer estas líneas recordé todas las veces que he leído lámpara en la palabra de Dios, el primer versículo fue:

 
Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
Salmos 119:105 | Reina-Valera 1960
 

Luego recordé la historia de las diez vírgenes (te dejo la lectura en las recomendaciones de la semana, al final de este post) y en lo que les pasó a las insensatas por ser inconscientes e irresponsables. No quiero ser como ellas.

En la lectura de Éxodo, con que se comienza este post dice “… deberán mantenerse encendidas de noche y día…”, comparando con la parábola de las diez vírgenes es lo contrario de lo que hicieron las insensatas, porque no tomaron el aceite para mantener sus lámparas encendidas ¿Cuál es el problema con que se apaguen? Podrías preguntar. Cualquier lámpara que esté apagada no ilumina, por tanto, no podemos ver en la oscuridad ¿no es obvio? Pero… ¿Cómo lo aplico a mi diario vivir?


Porque tú eres mi lámpara, oh SEÑOR; el SEÑOR alumbra mis tinieblas.
2 Samuel 22:29 | La Biblia de las Américas
 

Estar lejos de Dios es tener nuestra lámpara apagada, caminamos a ciegas en la oscuridad, sin saber con qué podremos tropezar, sin embargo, si mantengo mi lámpara encendida para iluminar por donde voy (“… Lámpara es a mis pues tu palabra…”) con la palabra de Dios, sabré siempre por dónde ir, cuándo huir de mis impulsos al pecado, de las tentaciones.

 
Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción,
Proverbios 6:23 | La Biblia de las Américas
 

Cuando se busca algo perdido se ilumina bien para buscarlo, cuando haces vigilia a la espera de algo, o incluso para conversar con los amigos, siempre se ilumina. La luz del sol da vida, provoca la fotosíntesis en las plantas, no podemos vivir sin luz.

Si leemos con atención la palabra de Dios, ella es la luz que nos muestra por donde ir. En el texto inicial de éxodo, en donde Moisés escuchaba las instrucciones de Dios para el templo, le dijo que debían estar encendidas siempre y el pueblo debía encargarse de proporcionar el aceite para ello. Nuevamente comparemos con la historia de las diez vírgenes, ellas se quedarían sin aceite porque no se preocuparon de tomarlo. Sus lámparas se apagarían, se quedarían a oscuras, sin el novio, sin Jesús, el que, como puedes leer y comprender en la Biblia, se muestra desde el antiguo testamento: Jesús es nuestra luz.

 
Jesús les habló otra vez, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 8:12 | La Biblia de las Américas
 

Y como siempre, retornamos a lo mismo: buscar a Dios depende de nosotros. La salvación nosotros debemos tomarla. Para lograrlo recurrimos a la panacea que aparece en el 90% de los posts de este blog: lectura de la palabra, oración, ayuno. ¿Lo mismo para todo? Pues sí, esa es la forma de buscar a Dios.

La maravillosa palabra, de donde surgen infinitas enseñanzas que van ligadas unas con otras, en diferentes situaciones y, sin embargo, van a lo mismo, a nuestro entendimiento. Todo con el objeto de buscar a Dios en todo aspecto de nuestras vidas. Por tanto, debemos tomar nuestra identidad en Cristo y sostenerla firme.

 
porque antes erais tinieblas, pero ahora sois luz en el Señor; andad como hijos de la luz
Efesios 5:8 | La Biblia de las Américas
 

Al buscar a Dios tendremos confrontación con el enemigo. Dios advierte en su palabra, que mantengamos nuestras lámparas encendidas, para que no demos cabida a la oscuridad. Otro ejemplo es la usar la armadura de Dios, para resistir el día malo y a pesar de sufrir un ataque, mantenernos firmes. La palabra de Dios dice que Él está con nosotros, pero no dice que nos evitará la confrontación ni las pruebas, debemos pasarlas, superarlas, ser purificados, y luego resplandecer aún más.

Después de la lucha viene la victoria, pero antes: la lucha.

Mejor enfrentar la lucha con lámparas encendidas, para ver por donde viene el enemigo.

Mejor esperar al Señor con aceite extra para nuestras lámparas, no sea que no le veamos cuando venga y lo dejemos pasar, como les pasó a las vírgenes.

 


QUERIDO LECTOR, ESTA SEMANA TE RECOMIENDO

Lectura Bíblica
Parábola de las diez vírgenes. Mateo 25:1-13 | Nueva Traducción Viviente
 
Plataforma | Spotify
Pon Aceite | Franco Figueroa
 

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