Foto de Hannah Busing. |
Entramos en un mes muy especial donde se celebra el amor y la amistad, fecha en que principalmente demostramos nuestro cariño a las personas que estimamos, sea obsequiando regalos, cocinándoles algo rico, o realizando algún video, etc.
Recuerdo
específicamente cuando tenía 10 años, compartía con dos amigas (ambas cristianas)
en donde vivía, para el día de la amistad nos regalábamos cosas realizadas por
nosotras mismas, como pulseras y nos prometíamos ser amigas por siempre.
A nuestras amistades, sea de la infancia, del colegio, universidad, trabajo, barrio, iglesia, con ellos /ellas nos damos un momento de relajo en donde compartimos nuestros deseos, ideas, frustraciones, miedos, metas, sueños; pero a nuestra amistad con Dios ¿Cuánto tiempo le brindamos?
La forma más sencilla de poder conectarnos con Dios es a través de la oración, no solamente orar con un corazón honesto, no toda oración que hagamos es efectiva, debemos dejar que el Espíritu Santo conmueva lo más íntimo de nosotros, que el Espíritu
Santo pueda realmente comprender nuestras emociones, que pueda ir profundo a nuestra alma, que pueda pasar todos esos pensamientos que tenemos, es ahí cuando el cambio y la transformación en la oración comienza, no basta con ir y arrodillarse ante Dios y que nada pase, tenemos que sobrepasar ese punto de oración donde necesitamos saber que el espíritu santo algo hizo en nosotros. Algo tengo que aprender, algo de mí que no agrada a Dios se tiene que quedar en ese tiempo con Dios y en el momento cuando salga de mi cuarto, en algo tuve que haber sido transformado por su presencia.
Cuando no
hay buen guía, la gente tropieza, la seguridad depende de muchos consejeros.
Debemos
guiar nuestras emociones y éstas deben ser conocidas por el Espíritu Santo,
nosotros nos conectamos con Dios por medio del espíritu, pero tenemos un alma
renovada que debe renovarse cada cierto tiempo, porque si no esa alma puede
esclavizar a tu espíritu; en el alma esta la voluntad, en el alma están las
emociones que deben ser tratadas por el Espíritu Santo; este es el punto clave
para mejorar nuestra relación con Dios “abriendo nuestro corazón”.
Son
muchas las formas en que Jesús nos enseñó de la amistad y de la acción social. La
preocupación por el socialmente más débil, es una característica bien marcada
que tuvo Jesús, podemos encontrar en el Antiguo y en el Nuevo Testamento
muchas recomendaciones para atender a la viuda, el extranjero, el huérfano, el
pobre, es decir, todo aquel que esté imposibilitado para sostenerse y
defenderse.
Y salió
Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como
ovejas que no tenían pastor, y comenzó a enseñarles muchas cosas
Como
reflexión, acudamos ante Dios y pensemos cada día sobre nosotros mismos, y
mantengamos una relación cercana con Dios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Querido Lector, por favor deja tu comentario. Será un honor leerte y saber de ti.
Dios te bendiga.