martes, 23 de febrero de 2021

Redes que se entrelazan

Foto de Joshua Hoehne.
¿Has atravesado un proceso difícil? ¿Qué has hecho en esos momentos? ¿Lo has atravesado solo o has recurrido a alguien? ¿A quién has recurrido? 

Cuando hablamos de redes sociales, nos referimos al conjunto de relaciones interpersonales que integran a una persona con su entorno social, quienes le permiten mantener o mejorar su bienestar material, físico y emocional. A veces sucede que tenemos una interpretación incorrecta de nuestra fe y Dios; creemos que los procesos difíciles los debemos atravesar solos porque, de lo contrario, estaríamos mostrando que confiamos poco en Dios. 

El estar con otros genera una serie de beneficios. Se ha demostrado que el compartir afectuosamente con otra persona genera una mayor liberación de una hormona llamada oxitocina. Esta hormona media el vínculo que se produce entre los bebés y su progenitora. Además sirve para amortiguar o reducir la respuesta al estrés y la ansiedad, es decir, el acompañarse de otros genera grandes beneficios para la salud mental, como también, a la física. 

¿Alguna vez has estado enfermo y alguien te ha cuidado? ¿Has experimentado lo que se siente estar con gripe y que alguien te lleve un plato de sopa a la cama? Ese pequeño gesto genera un bienestar físico. Uno se podría hacer un caldo para uno, pero no es lo mismo cuando es otro el que realiza el acto. No sólo está entregando un apoyo a la salud física, sino también, a la emocional. 

Cuando lleguen ustedes a un pueblo o aldea, busquen alguna persona de confianza y quédense en su casa hasta que se vayan de allí. 
Mateo 10:11| Dios Habla Hoy (DHH)

Existen diferentes tipos de apoyo, y cada uno cumple una función distinta, aunque todos redundan en lo mismo: brindar un sostén a la persona. El apoyo material se refiere a la entrega de recursos monetarios (dinero, obsequios, mesadas, etc.) y no monetarios (comida, ropa, alojamiento, pago de servicios, entre otros) a una persona, sin recibir algo a cambio. Este es el tipo de apoyo que recibieron los discípulos cuando Jesús los encomendó a predicar el evangelio. Si no fuera por ese apoyo, ellos no podrían haber predicado en tantos lugares. Cuando nos encontramos cesantes, o nuestra situación socioeconómica es precaria, debemos recordar que tenemos personas que se encuentran allí para prestarnos ayuda. Cuando Pablo escribe que la iglesia es un cuerpo, no lo utiliza como un mero concepto, sino como una realidad que debería darse dentro de la congregación. Eso implica que yo puedo recurrir a mis hermanos y mis hermanos a mí.

También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos
1 Tesalonicenses 5:14| Reina Valera 1960

Otro aspecto que también confundimos con fe es creer que cuando algo nos afecta, debemos solo orar y dejarlo entre Dios y uno. Si fuera así, ¿Quién nos aconsejaría? ¿Quién nos alentaría? ¿Quién nos brindaría otro punto de vista? Cuando hablamos de apoyo emocional, nos referimos a la expresión del cariño, confianza, sentimientos, preocupación por otro. Muchas veces es todo lo que necesitamos cuando nos enfrentamos a una situación difícil. En la vida, uno atraviesa todo tipo de circunstancias, algunas fáciles, otras más complejas. Cuando surgen estas últimas, necesitamos de otras redes para sostenernos. 

No es habitual en mí salirme del rol de psicóloga, pero hay temas que para mí tienen un grado de significancia mayor, que tocan una fibra sensible. Este es uno de ellos. Yo no podría ser quien soy, si no fuera por el círculo de amistades y familia que me rodean. Logro darme cuenta que ellos me han llevado a ser quien soy, a través de sus consejos, abrazos, obsequios, retos, cariños y muchas cosas más. Con ellos he conformado una red, donde nos hemos entrelazado para dar, como también para recibir. Ellos han sido refugio, como yo para ellos. Como me dijo sabiamente una vez una amiga llamada Rocío: podrías atravesar tus problemas sola y sé que lograrías superarlos, pero ¿para qué vas a hacerlo si puedes apoyarte en otros? Con esa simple intervención, me hizo entender que la soledad no era la única opción. 

Eso me lleva a pensar que muchas veces creemos que nuestras dificultades se deben atravesar en soledad, sólo recurriendo a Dios. ¿Quién nos enseñó eso? ¿Quién nos transmitió que el evangelio era algo cruel y duro? ¿Quién nos hizo creer que seguir a Dios se trataba de llevar una cruz solo? El evangelio se vive en comunidad, por eso tenemos hermanos y hermanas en la fe, pues nos permite brindar y recibir apoyo, y así generar redes que se entrelazan para estar presente en todo momento, sean tiempos agradables o desfavorables. 

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