jueves, 4 de marzo de 2021

La tentación de Saurón

Foto de Mike Swigunski.

Estando de vacaciones, le comenté a un amigo que nunca había visto El Señor de los Anillos, frente a lo cual se sorprendió y me motivó a verla. Alcancé a ver sólo la primera película de la saga: La Comunidad del Anillo. Intentaré resumir la historia para aquellos que no la han visto. Pido disculpas (si hay algún fanático por ahí) y cometo algún error. 

Existe un anillo que fue creado por Sauron, el antagonista de la película. Él atrae a distintas personas y los convierte en sus súbditos, llevándolos a realizar acciones malignas en contra de quienes interfieran en la búsqueda del preciado anillo. Este anillo tiene mucho poder, razón principal por la cual es tan deseado. A quien lo utilice, corrompe su corazón para usar el poder contra cualquier persona. Por lo mismo, algunos consideran que lo mejor es destruirlo. El único capaz de no verse tentado por este anillo es Frodo, el protagonista, quien realiza la travesía necesaria para llevar esta argolla a donde pueda ser eliminada. 

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar
1 Pedro 5:8| Reina Valera 1960 (RVR1960)

Cuando miraba la película, reflexionaba con respecto al parecido que hay entre Sauron y Satanás; ambos haciendo lo posible por tentar a las personas y haciéndolas caer para convertirlas en sus súbditos. No nos damos cuenta que Satanás no tiene otro objetivo que buscar atravesar su condena acompañado. Aunque nosotros tengamos muchas actividades y nos dejemos llevar por ellas, Satanás no tiene otra tarea que buscar la manera de alejarnos de Dios y atraernos a él. 

Que nadie, al ser tentado, diga: Es Dios quien me tienta. Porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni tampoco tienta él a nadie. Todo lo contrario, cada uno es tentado cuando sus propios malos deseos lo arrastran y seducen
Santiago 1:13-14| Nueva Versión Internacional (NVI)

Algunos cristianos responsabilizan a Dios de sus tentaciones, creen que es Él quien los está poniendo a prueba. La Biblia nos dice otra cosa. La tentación surge de nuestro corazón, el cual nos arrastra hacia la maldad. Quizás por eso Frodo era el único que podía poseer el anillo, él lograba controlar sus deseos. Magos, hombres, enanos, hobbit y elfos cuando lo tomaban, se convertían en personas avaras y codiciosas, con ansias de poder y destrucción. El anillo no inventaba una versión de sí mismo, sino que mostraba sus mayores defectos. Sacaba a relucir el corazón pecaminoso que habitaba en ellos. Eso mismo pasa con el pecado. Nuestro corazón, que aun está en proceso de ser transformado, saca a relucir los deseos carnales, exponiéndonos a situaciones que nos hacen sentir tentados. 

Ustedes ya han muerto al pecado, pero ahora han vuelto a vivir. Así que no dejen que el pecado los use para hacer lo malo. Más bien, entréguense a Dios, y hagan lo que a él le agrada. Así el pecado ya no tendrá poder sobre ustedes, porque ya no son esclavos de la ley. Ahora están al servicio del amor de Dios.
Romanos 6:13-14| Traducción en lenguaje actual (TLA)

Aunque suene desesperanzador, vamos a pecar sí o sí, pero no por eso vamos a conformarnos con una vida pecaminosa. Si nuestro objetivo es agradar a Dios, entonces debemos poner lo mejor de nosotros para buscarle y alejarnos del pecado. No nos vaya a pasar lo que le sucedió a Saruman, quien siendo el líder de los magos personajes que luchaban contra Sauron cayó en la tentación y se convirtió en su súbdito. 

1 comentario:

  1. Para quien no ha visto la película, esta analogía se agradece. Muy clara y deja una gran enseñanza.

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